INTERNACIONALES
5 de abril de 2025
El tiro por la culata: Trump unió a China, Japón y Corea contra Estados Unidos

La ofensiva arancelaria de Washington provocó un efecto inesperado: los tres gigantes asiáticos dejaron atrás décadas de rivalidad y se unieron en defensa propia. El tiro por la culata que puede redibujar el mapa del poder mundial.
La guerra comercial que Donald Trump impulsó con mano dura terminó generando el efecto contrario al que buscaba: por primera vez en décadas, China, Japón y Corea del Sur se sentaron juntos en una mesa, dejaron de lado viejos enfrentamientos y avanzaron en un acuerdo conjunto para enfrentar la nueva batería de aranceles de Washington. El encuentro, que tuvo lugar en Seúl tras seis años sin reuniones trilaterales, encendió todas las alarmas en Estados Unidos: lo que parecía una estrategia para aislar a China podría desembocar en un bloque económico asiático más fuerte que nunca.
"Continuaremos trabajando para garantizar la igualdad de condiciones a escala mundial a fin de fomentar un entorno comercial y de inversión libre. Apoyamos el sistema de comercio multilateral basado en normas, abierto, inclusivo, transparente y no discriminatorio, cuyo núcleo es la Organización Mundial del Comercio", afirmaron en un comunicado conjunto los ministros Mutō Yōji (Japón), Wang Wentao (China) y Ahn Duk-geun (Corea del Sur), sellando una alianza que, en cifras, impresiona: los tres países representan el 20% de la población mundial, el 24% del PBI global y casi una quinta parte del comercio internacional.
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La chispa que encendió este acercamiento fue la decisión de Trump de aumentar los aranceles: un 54% sobre productos chinos —sumando un 34% extra al 20% ya vigente—, 25% a bienes de Corea del Sur y 24% a los de Japón. Las nuevas barreras golpean también a países del sudeste asiático y hasta a socios europeos, provocando un cimbronazo en los mercados con caídas en las bolsas y renovados temores de recesión en la propia economía estadounidense.
"A la reunión la veo como una medida muy positiva, un punto de inflexión para la mirada que se tiene de estos tres países y su forma de vincularse. No se había pensado que se podía hacer una alianza fuerte entre ellos tres, y creo que esta reunión es una muestra de que están dispuestos a defender sus economías, su pleno empleo", analizó Pilar Álvarez, investigadora del Conicet y especialista en Corea. Según su mirada, China podría salir aún más fortalecida: "Creo que China puede volver a ser el ganador de esta medida de Estados Unidos y puede ser un gran ganador regional porque esta medida también va a afectar a los países del sudeste asiático, donde también China viene a reemplazar ese papel".
Más allá de las históricas tensiones políticas entre Pekín, Tokio y Seúl, el momento económico parece haberlos obligado a replantear estrategias. Verónica Pérez Taffi, directora de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador (USAL), lo resumió así: "Estos realineamientos no tienen la rigidez de una alianza, ni están inspirados en lo ideológico. No es momento de alineamientos irrestrictos". Según la especialista, los tres países están "rediseñando sus políticas de cooperación regional en relación a las cadenas de suministros, inversiones, exportaciones de alta tecnología, textiles, alimentos y semiconductores principalmente".
Paradójicamente, el endurecimiento de Trump podría debilitar sus propias apuestas estratégicas en la región, como la Chip 4 Alliance —o Fab4— pensada para garantizar la producción de semiconductores junto a Japón, Corea del Sur y Taiwán. También golpea de lleno al Marco Económico del Indo-Pacífico, el ambicioso plan estadounidense para contrarrestar el avance chino en Asia.
Mientras tanto, en Washington crecen las preocupaciones: el impacto de los nuevos aranceles podría golpear al consumo interno y acelerar una recesión que muchos ya ven en el horizonte. Según medios locales, el propio Trump admitió en privado su inquietud por los efectos de su ofensiva comercial, que hoy parece estar dándole forma a un bloque asiático más sólido, más pragmático y más desafiante que nunca para los intereses de Estados Unidos.