ACTUALIDAD
3 de mayo de 2025
Colapsa la industria panadera: ya cerraron más de 1100 panaderías y el precio del pan vuelve a subir

Desde que asumió Javier Milei, el sector vive una emergencia por el derrumbe del consumo, la disparada de costos y el abandono oficial. “Estamos camino a la extinción”, alertan los panaderos.
El pan, ese alimento básico en la mesa de millones de argentinos, se convirtió en símbolo de una crisis que se profundiza. Desde la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, más de 1100 panaderías bajaron sus persianas en todo el país, según cifras de la Cámara de Industriales Panaderos (CIPAN). Solo en la provincia de Buenos Aires cerraron más de 500 comercios. Y la situación no da tregua: el kilo de pan volvió a subir en abril y se espera otro incremento para mayo.
“El sector está en emergencia”, sentenció Martín Pinto, presidente del Centro de Panaderos de Merlo. “La última semana de abril cerraron doce panaderías más en la provincia. Es una sangría que no se detiene.” Gastón Mora, al frente del Centro de Panaderos de Avellaneda, fue aún más contundente: “Estamos camino a la extinción de la industria panadera”.
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Las razones del colapso se acumulan: el consumo cayó hasta un 78% en algunos rubros y los costos, dolarizados en su mayoría, no paran de subir. Harinas, grasas, margarinas, alquileres y servicios aumentaron muy por encima de los ingresos, forzando a los panaderos a vender productos del día anterior, despedir personal y operar a pérdida. En abril, el precio del pan trepó un 12%, pero con los nuevos aumentos en insumos, el alza continuará.
“El Gobierno disolvió la Mesa del Pan, que servía para contener precios. Ahora nos dijeron que hay que competir y listo”, lamentó Pinto, en alusión a la política oficial de desregulación total del mercado. Mientras tanto, desde el Ejecutivo, el presidente Milei insiste en que “el consumo no para de volar”, una frase que genera bronca en el sector. “Una torta que costaba 28 mil pesos se vende a 15 mil para que se mueva. Vendemos pan viejo para pagar salarios. Esto ya lo vimos en 2001”, advirtió Mora.
Sin respuesta oficial ni medidas de alivio a la vista, los panaderos temen lo peor: más despidos, más cierres y un pan cada vez más caro y más lejos de las mesas populares.