ACTUALIDAD
10 de diciembre de 2024
La inflación no afloja: noviembre cerró con un 3,2% en CABA y un salto interanual del 177,4%
Mientras los bienes desaceleran, los servicios empujan los precios hacia arriba y la actualización del IPC nacional sigue trabada. El impacto de los servicios regulados y las diferencias metodológicas alimentan la polémica.
La inflación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se mantuvo en el 3,2% durante noviembre, igualando el registro de octubre, según datos de la Dirección de Estadística porteña. Sin embargo, la cifra que más preocupa es el incremento interanual, que escaló a un alarmante 177,4%. Este escenario revela que, aunque los bienes moderaron su ritmo de aumento, los servicios siguen siendo el principal motor del alza en los precios.
El transporte y la vivienda fueron los grandes protagonistas del mes, con subas del 4,7% y 4,2% respectivamente, mientras que los alimentos y bebidas mostraron un alza más leve del 1,7%. Dentro de este rubro, las frutas treparon un 9,1% y las carnes un 2,3%, mientras que las verduras y legumbres ofrecieron algo de alivio con una caída del -7,2%. “El aumento de tarifas y precios regulados sigue empujando el índice, afectando especialmente a los sectores más vulnerables”, señalaron fuentes del sector económico.
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Este dato local llega en un contexto de expectativa por el índice de precios nacional que publicará el INDEC en los próximos días. Pero las comparaciones no son sencillas. La Ciudad utiliza una metodología más moderna, actualizada en 2018, que refleja con mayor precisión los cambios en los hábitos de consumo y asigna un peso mayor a servicios como la vivienda y el transporte. En cambio, el IPC nacional sigue basado en una canasta de 2004, lo que genera diferencias significativas entre ambos sistemas.
La actualización del índice nacional, que incluiría una medición más amplia y cambios en las ponderaciones, permanece frenada. “El gobierno evita implementarla porque mostraría con mayor claridad el impacto de los servicios regulados, algo que podría generar un mayor descontento social”, advirtieron analistas. Según las proyecciones, la nueva metodología incrementaría el peso de servicios como vivienda del 9,4% al 14,5%, mientras que alimentos, actualmente con un peso del 26,9%, descenderían al 22,7%.
En este contexto, los especialistas alertan sobre las implicancias de mantener una medición que no refleja con fidelidad la realidad del consumo actual. Si bien se espera que el índice nacional de noviembre quede por debajo del porteño debido a la menor incidencia de los servicios en su cálculo, la falta de actualización del IPC genera controversias que siguen creciendo en el plano técnico y político.
La inflación no cede y el bolsillo lo siente cada vez más, mientras las diferencias metodológicas alimentan una discusión que parece estar lejos de resolverse. "Estamos ante un índice que ya no refleja la realidad y que perpetúa una visión distorsionada del impacto de los aumentos sectoriales", concluyó un economista consultado.