Huracán no solo le ganó a Boca: lo superó, lo presionó, lo desnudó y lo dejó sin excusas. En el Tomás Adolfo Ducó, el equipo de Frank Kudelka jugó uno de sus mejores partidos del año y se llevó un triunfo merecido por 1-0 ante un Xeneize que sigue perdido y sin señales de vida futbolística. El golazo de Matko Miljevic en el segundo tiempo fue apenas el premio a una superioridad que nunca estuvo en discusión.

Desde el inicio, el Globo impuso condiciones. Presionó alto, recuperó rápido y llegó con peligro varias veces. Solo Agustín Marchesín evitó que el marcador fuera más amplio, con atajadas de todo tipo que lo convirtieron en la figura boquense. Mientras tanto, Boca erraba pases simples, retrocedía mal y no generaba absolutamente nada en ataque. La impotencia fue evidente.

Únete a nuestro Instgram https://www.instagram.com/almafuerteradio/ y accede a las noticias mas relevantes

Y por si algo faltaba, Miguel Russo sorprendió al sacar del campo a Miguel Merentiel, uno de los pocos con capacidad para desequilibrar. La salida del delantero terminó de diluir lo poco que quedaba de ofensiva azul y oro. Boca se resignó a sobrevivir.

Hasta que, a los 20 del complemento, Huracán rompió el cero con una joya. El Colo Gil manejó los tiempos y asistió a Miljevic, que desde la medialuna sacó un zurdazo inatajable al ángulo. La explosión en las tribunas fue total, pero el dominio del Globo ya era anterior al gol.

El resto del partido fue un monólogo del local: agresivo, preciso, confiado. Si no amplió el resultado fue porque Marchesín mantuvo a su equipo en partido, aunque sólo en el marcador. En el juego, Boca nunca estuvo.

La derrota agudiza una crisis que ya no puede esconderse. Tres fechas sin ganar, sin juego, sin rumbo. El equipo de Russo parece a la deriva, y la próxima parada es Racing. Huracán, en cambio, se llevó tres puntos y una dosis de confianza que vale oro.