River Plate quedó al borde del knockout en la Copa Libertadores tras ser vapuleado 3-0 por Atlético Mineiro en el partido de ida de las semifinales disputado en Belo Horizonte. El equipo de Marcelo Gallardo no encontró respuestas ante el asedio brasileño y ahora enfrenta el difícil desafío de remontar una diferencia de tres goles la próxima semana en el Monumental.
Desde el inicio, la noche prometía complicaciones para el "Millonario". En los minutos previos, Marcos Acuña se lesionó en el calentamiento y fue reemplazado por Enzo Díaz, una señal temprana de lo que sería un partido cuesta arriba. Atlético Mineiro no tardó en aprovechar la desconcentración de la defensa argentina. A los 21 minutos, un centro frontal fue capitalizado por Hulk, quien asistió a Deyverson para que, mano a mano con Franco Armani, marcara el 1-0 con frialdad.
River, lejos de la solidez que lo caracterizó en otros momentos, no logró asentarse en el campo. La primera mitad transcurrió con una pelea en la mitad de la cancha, pero sin ideas claras por parte de los argentinos, quienes no lograron hacerle daño al equipo local.
En la segunda parte, lo que parecía mal se convirtió en un desastre. Deyverson, imparable durante toda la noche, volvió a ser protagonista al marcar el 2-0 a los 25 minutos tras imponerse en el área, nuevamente ante una defensa desorientada. Apenas cuatro minutos después, una desafortunada jugada terminó en el 3-0, cuando un remate desviado de Paulinho fue desviado por Paulo Díaz, dejando sin chances a Armani.
"Tenemos que dar vuelta la página rápido y pensar en la vuelta", declaró un Marcelo Gallardo visiblemente afectado tras el partido. "Será una revancha difícil, pero sabemos que tenemos que apelar a la historia de River en estas instancias", agregó, consciente de la magnitud de la tarea que enfrenta su equipo.
Si bien el marcador pudo haber sido más amplio, con un Mineiro que aflojó en los minutos finales, el resultado expuso las serias falencias de River, especialmente en los metros finales. La revancha en el Monumental exigirá algo más que fútbol: una remontada épica, casi imposible, que solo podrá lograrse con una dosis de mística y espíritu copero que este equipo necesita recuperar.