INTERNACIONALES
20 de mayo de 2025
EE.UU. pierde la triple A por primera vez en más de un siglo y desata alarma global

Por primera vez en más de 100 años, la deuda estadounidense deja de ser considerada segura. La rebaja de Moody’s genera pánico en los mercados y la administración Trump apuesta a una polémica reforma fiscal que podría hundir aún más las finanzas públicas.
Estados Unidos sufrió un duro golpe que sacudió a los mercados y sembró dudas sobre su liderazgo económico global: ninguna de las principales agencias calificadoras mantiene hoy la máxima nota AAA para su deuda soberana, un hecho que no ocurría desde 1919. Moody’s fue la última en quitar la calificación perfecta, pasando la deuda del país a Aa1, tras las decisiones de Standard & Poor’s y Fitch en años recientes.
La agencia justificó su decisión advirtiendo sobre “el creciente endeudamiento de EE.UU., que ya supera los 36 billones de dólares”, y advirtió que esta situación podría agravarse con “el nuevo proyecto fiscal impulsado por la administración de Donald Trump, que propone fuertes recortes de impuestos y, al mismo tiempo, un ajuste en los programas sociales”. Este plan presupuestario, aprobado por una comisión de la Cámara de Representantes y que podría ser votado en breve, incluye exenciones fiscales para los sectores de mayores ingresos y amenaza con aumentar la deuda en hasta 5 billones en la próxima década.
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El anuncio generó una caída inmediata en los mercados, aunque Wall Street logró una rápida recuperación alentada por la esperanza en las medidas del gobierno. Sin embargo, para muchos expertos el riesgo es real: el economista Paul Krugman calificó el plan como “un presupuesto enormemente regresivo” y advirtió que algunos legisladores conservadores incluso bloquearon versiones anteriores por considerar que “los recortes no eran lo suficientemente severos”.
Mientras el gobierno intenta minimizar el impacto de la rebaja —con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, calificándola de “indicador rezagado”—, el presidente Trump desvió la atención hacia un enfrentamiento con Walmart, acusándola de “especular con precios” en medio de la escalada de tensiones comerciales con China.
La consecuencia inmediata fue que grandes fondos de inversión comenzaron a vender bonos del Tesoro, buscando refugio en países que aún conservan la triple A, como Alemania, Canadá y Australia. Esta pérdida de confianza plantea un desafío sin precedentes para Estados Unidos, poniendo en jaque la estabilidad de su economía y su capacidad para financiarse sin costos prohibitivos.
El derrumbe de la triple A estadounidense no es solo una cuestión técnica: representa un símbolo contundente de la crisis fiscal y política que atraviesa la primera potencia mundial, con un futuro cada vez más incierto y una economía bajo amenaza.