POLITICA
Estalla el PRO: crisis total, peleas internas y un vacío de liderazgo que deja al partido al borde del colapso

Entre fugas hacia los libertarios, un escándalo antivacunas y una conducción que no aparece, el PRO enfrenta su mayor crisis desde su creación. Macri y Vidal intentan contener el derrumbe mientras crece la disputa por el futuro del espacio.
El PRO atraviesa días de máxima tensión y un desorden que amenaza con desmantelar al partido que hasta hace unos años gobernaba el país. Tras las elecciones, las diferencias internas, la pérdida de figuras clave y el avance de La Libertad Avanza sobre su estructura dejaron expuesto un vacío de conducción que hoy se convirtió en crisis abierta.
Mauricio Macri y María Eugenia Vidal encabezan el sector que intenta evitar que el PRO quede absorbido por el universo libertario. “Ya se terminó el tiempo de pintarse de violeta”, advirtió Vidal, marcando distancia del oficialismo. Pero no todos dentro del bloque siguieron ese camino. La diputada María Inés Quiróz desató un escándalo al lanzar un discurso antivacunas en una de sus últimas sesiones, obligando al PRO a emitir un comunicado reafirmando su postura a favor de la ciencia y las campañas de inmunización.
Únete a nuestro Instgram https://www.instagram.com/almafuerteradio/ y accede a las noticias mas relevantes
El episodio dejó al descubierto la falta de conducción. Sin una figura que ordene —como lo fue Marcos Peña o incluso Macri en otros tiempos— el partido se mueve sin rumbo mientras La Libertad Avanza sigue captando dirigentes y espacio político. Tras las elecciones, Patricia Bullrich alentó ese acercamiento, y Macri y Vidal debieron intervenir para frenar nuevas fugas.
La última reunión partidaria, marcada por discusiones intensas y con el PRO Córdoba intervenido por tercera vez, terminó con una decisión clave: no habrá interbloque con los libertarios en Diputados. Según Vidal, acompañarán los proyectos necesarios pero sin actuar de manera automática, como pretendía Karina Milei. A cambio, esperan señales en la Legislatura porteña, donde Jorge Macri logró aprobar con dificultades el Presupuesto 2026.
Vidal dejó en claro que la reconstrucción del PRO apunta a 2027. El objetivo es recuperar una identidad propia tras un año de indecisiones, entre confrontar a Milei con poco éxito o alinearse sin obtener beneficios políticos. Pero la irrupción del caso Quiróz volvió a tensar al partido en un momento de extrema fragilidad.
La dirigencia salió a despegarse rápidamente. Cristian Ritondo y Martín Yeza reforzaron públicamente la defensa de la vacunación y advirtieron sobre los riesgos del movimiento antivacunas, que consideran un retroceso sanitario y político.
En paralelo, el PRO intenta diferenciarse del estilo confrontativo de los libertarios y recuperar su perfil de “derecha seria”. Sin embargo, los últimos episodios complicaron esa estrategia. Y la gran incógnita sigue siendo Mauricio Macri: tras ofrecer colaboración al Gobierno, recibió desplantes que incluyeron quedar solo esperando un almuerzo y enterarse por WhatsApp de cambios en el Gabinete, algo que lo dejó “decepcionado”, según distintos dirigentes. En la última reunión partidaria apenas habló y se mostró distante.
Su rol futuro es una incógnita. Si no retoma el liderazgo, crece la figura de Vidal como posible conductora del espacio.
Una dirigente del bloque lo resumió con crudeza: “Seremos menos, pero de fierro. Lo que queda no lo pudieron comprar”.
Con diferencias internas, pérdidas de identidad y tensiones crecientes, el PRO enfrenta meses decisivos. La reconstrucción —o la implosión— determinará si el partido llega con vida al 2027 o si su crisis actual marca el fin de una era en la política argentina.

