A solo 20 días de los comicios, el oficialismo entró en crisis. Javier Milei decidió bajar la candidatura de José Luis Espert, señalado por haber recibido dinero del narcotraficante Fred Machado, y reemplazarlo por Diego Santilli, del PRO, quien ocupaba el tercer lugar en la lista bonaerense. La jugada busca contener el escándalo que sacudió a La Libertad Avanza y amenazaba con hundir su desempeño electoral.

El anuncio se conoció el domingo, cuando Espert publicó su renuncia en redes: “Por la Argentina, doy un paso al costado”. Minutos después, Milei intentó retomar el control del relato y afirmó: “No vamos a permitir que una operación maliciosa ponga en riesgo el cambio profundo que estamos llevando adelante”.

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La salida del economista fue el resultado de una fuerte presión interna encabezada por Mauricio Macri, el PRO y el núcleo duro libertario. Karina Milei y Santiago Caputo coincidieron en que la crisis con Espert era insostenible y ya golpeaba las encuestas: su imagen positiva se había desplomado por debajo del 30%.

El viernes, el comando de campaña le dio un ultimátum: debía defenderse públicamente siguiendo un guion acordado. Espert se negó. “Humanamente no estaba entero para afrontarlo. No se la bancó”, dijeron en la Casa Rosada. En paralelo, Caputo ofreció su lugar a Santilli, quien aceptó de inmediato y lanzó su primer mensaje: “Voy a dejar el alma para defender el rumbo y frenar a los que quieren que explote el país”.

Las declaraciones de Espert solo empeoraron la situación. En una entrevista con Pablo Rossi, se negó a responder si había recibido 200 mil dólares de Machado y descalificó las denuncias como “chismes de peluquería”. Días más tarde, presionado por el Gobierno, admitió haber cobrado el dinero y lo justificó como un acuerdo comercial con un empresario extranjero. En su última aparición televisiva, terminó quebrado y reconociendo que el dinero provenía directamente del narco.

“En total fueron 35 vuelos privados con Machado, hablando de las ideas de la libertad”, admitió el sábado, contradiciendo sus versiones anteriores.

Milei intentó contener el impacto y responsabilizó al kirchnerismo por una supuesta operación política: “Espert demostró que no somos lo mismo, antepuso los intereses de la Nación a los personales”, afirmó. También defendió su integridad: “Cuando recibió ese dinero, Machado no estaba acusado. Él es una persona honesta”.

El reemplazo por Santilli, hasta hace poco crítico del espacio libertario, generó desconcierto en la militancia. Desde el oficialismo lo presentaron como un “acuerdo estratégico” dentro de la alianza con el PRO. “¿Cuál es el problema? Estamos en una alianza con ellos”, respondió Milei ante las críticas.

Mientras tanto, la mitad de las boletas ya fueron impresas con la cara de Espert y la publicidad oficial sigue mostrando su imagen. En Olivos, el Presidente buscó transmitir calma, ensayando con su banda para el show del lunes en el Movistar Arena, aunque puertas adentro se respiraba otra cosa: el impacto político de un escándalo narco que terminó dinamitando a uno de los hombres más cercanos al líder libertario.