Tras el temporal devastador que golpeó a gran parte de la provincia de Buenos Aires, el Gobierno bonaerense puso en marcha un operativo de emergencia y reconstrucción sin antecedentes recientes. A las 8.30 de la mañana, el parte oficial confirmaba 2938 evacuados en 21 distritos, aunque con una tendencia a la baja en los niveles de agua, lo que permitió el regreso de algunas familias a sus hogares. Pero la tragedia aún no termina: continúan los rastrillajes para dar con tres personas desaparecidas —una pareja que se trasladaba a caballo en Rojas y un hombre de 78 años visto por última vez en la Ruta 41, entre Pilar y Baradero—.

La peor parte del temporal se desató durante la madrugada del 18 de mayo, entre la 1 y las 3. En apenas unas horas se registraron 77 llamados por emergencias civiles, en su mayoría por caídas de árboles, postes y cables. Las zonas más afectadas fueron Zárate, Lomas de Zamora, La Matanza, Moreno, Quilmes, Berisso, La Costa, Pergamino y San Martín.

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Frente al colapso, el Estado provincial desplegó todos sus recursos. En los municipios más castigados —Arrecifes, Salto, Campana, Zárate, San Antonio de Areco— se movilizaron 216 efectivos policiales, 99 bomberos voluntarios, 20 agentes de Defensa Civil, 65 móviles terrestres, 26 medios acuáticos, un helicóptero, motobombas, torres de iluminación y generadores. El monitoreo y la coordinación operativa se realizan desde el Centro Operativo Puente 12, en La Matanza.

Mientras tanto, desde el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad se activó una red de respuesta con organizaciones sociales, brigadas voluntarias y equipos técnicos, que asisten con colchones, frazadas, ropa, kits de limpieza, alimentos y agua potable. La asistencia sanitaria también fue reforzada: ambulancias, móviles 4x4 y personal médico se sumaron al territorio.

El operativo involucra además al OPISU, con 150 trabajadores y recursos materiales; a Infraestructura y Vialidad, que movilizaron maquinaria pesada para limpiar rutas y zonas urbanas; y a ABSA, que aporta bombas y agua envasada para la población aislada. A todo esto se sumó el Ministerio de Ambiente con gomones, catres, ropa de trabajo y herramientas, y el Ministerio de Transporte, que envió móviles para garantizar la seguridad vial.

Aunque algunas rutas fueron reabiertas —como la 51 y la 41 en tramos claves—, otras permanecen anegadas, como las rutas 191, 31 y 32, donde la calzada sigue bajo agua. El operativo continúa minuto a minuto, con el doble objetivo de contener la crisis y comenzar cuanto antes la reconstrucción. Porque después del agua, lo que viene es el barro… y el trabajo.