Necochea vive horas de conmoción tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Débora Gutiérrez, de 35 años, quien permanecía desaparecida desde el fin de semana. La víctima fue encontrada este martes por la tarde sumergida en un lago de escasa profundidad, a pocos metros del camping Miguel Lillo, donde había ido a pasar unos días junto a su pareja, Ángel Gutiérrez, principal sospechoso del crimen.

El hallazgo se produjo luego de un intenso operativo policial, que incluyó rastrillajes en la zona y pericias en el lugar del acampe. Allí los investigadores hallaron manchas de sangre y objetos personales de la víctima, como maquillajes y prendas con rastros hemáticos. “La carpa tenía un fuerte olor a putrefacción”, detalló la periodista Analía Elefante desde el sitio del hallazgo.

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El fiscal Walter Pierrastegui, a cargo de la investigación, ordenó la inmediata detención de Ángel Gutiérrez, de 42 años, quien fue imputado por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género. La jueza de Garantías Aída Lhez dictó su prisión preventiva.

Durante los procedimientos, se constató que el detenido presentaba cortes en el cuello compatibles con una posible resistencia por parte de Débora. Según trascendió, el acusado tenía antecedentes de violencia con una pareja anterior, aunque no había denuncias formales por parte de la víctima.

Débora nunca llegó a hacer el check-out del camping, mientras que su pareja regresó solo a su domicilio sin dar explicaciones. Ante su silencio y la falta de contacto, la familia de la mujer radicó la denuncia por desaparición.

Horas antes de perder comunicación, Débora le había enviado un mensaje a su hija en el que advertía que había sufrido un episodio de violencia. Ese texto se convirtió en una de las últimas pruebas antes de su muerte.

La causa quedó en manos de la Fiscalía N° 30 de Necochea, que la investiga bajo la carátula de femicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género.