ACTUALIDAD
13 de marzo de 2025
El país se sacude: masivos cacerolazos en rechazo a la represión y las políticas de Milei

Una ola de protestas recorre Argentina tras la represión de jubilados y manifestantes frente al Congreso. Desde la Ciudad de Buenos Aires hasta el interior del país, cacerolazos y consignas contra el Gobierno se extendieron por toda la nación.
El rechazo a la brutal represión sufrida por jubilados y manifestantes frente al Congreso se convirtió en una verdadera ola de desobediencia social en la noche del miércoles. Desde la Ciudad de Buenos Aires hasta las ciudades del interior, los cacerolazos se hicieron sentir con fuerza, convirtiéndose en un claro mensaje de rechazo a las políticas del presidente Javier Milei y a la violencia policial.
En la Capital Federal, el repiquetear de las cacerolas resonó en barrios como Caballito, Almagro, Congreso, Colegiales, Villa Crespo, Palermo, Paternal, Lugano y San Telmo. No solo los vecinos protestaron desde los balcones, sino que en varios puntos salieron a las calles para expresar su descontento, haciendo temblar la calma nocturna con consignas de rechazo al Gobierno y la represión.
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La protesta se replicó rápidamente en el conurbano bonaerense, con concentraciones en localidades como Ramos Mejía, Vicente López y Avellaneda. Los manifestantes avanzaron hasta la Casa Rosada, donde se reforzó la seguridad ante la llegada de los cacerolazos. En la Quinta de Olivos, otro de los puntos de conflicto, se sumaron los gritos y las cacerolas, mientras que los manifestantes coreaban el histórico cántico "¡Que se vayan todos!" en un claro desafío a las políticas del oficialismo.
Pasada la medianoche, los cacerolazos seguían en distintos puntos de la ciudad y llegaron hasta la Plaza de Mayo, donde se consolidó una nueva expresión de desobediencia popular. En ciudades del interior, la protesta también fue fuerte: en La Plata, se exigió la liberación de los detenidos en la represión frente al Congreso, mientras que en Mendoza el foco de la movilización estuvo en el rechazo al accionar policial y las políticas de Milei.
Las convocatorias a estos cacerolazos se multiplicaron rápidamente a través de las redes sociales, donde dirigentes opositores y activistas repudiaron la represión y llamaron a seguir manifestándose. Myriam Bregman, exdiputada del Frente de Izquierda, expresó en su cuenta de Twitter: “La barrabrava más violenta del país es Patricia Bullrich. Hoy todos a cacerolear”. Las imágenes de la represión fueron compartidas masivamente, avivando la indignación popular.
El cacerolazo, un símbolo de protesta en la historia reciente de Argentina, volvió a resurgir con fuerza en un contexto de creciente malestar social. El país parece estar atravesando una nueva etapa de desobediencia, marcada por la represión y la crisis política y económica que afecta a amplios sectores de la población. La protesta, lejos de apagarse, sigue extendiéndose, mostrando que el descontento crece cada día más en la sociedad argentina.