La investigación por la desaparición de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez sumó un capítulo aterrador. En una casa de Florencio Varela, la policía encontró dos cuerpos en circunstancias escalofriantes, lo que abrió la hipótesis de un crimen narco detrás del caso que conmociona al conurbano.

El hallazgo se produjo tras rastrear uno de los celulares de las jóvenes, que marcó actividad en esa zona. Durante el operativo, los investigadores descubrieron un cadáver dentro de una camioneta incendiada en la propiedad, mientras que otro apareció dentro de la vivienda.

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La escena era espeluznante. Al momento del allanamiento, dos personas limpiaban frenéticamente el lugar en medio de un fuerte olor a lavandina. Los peritos confirmaron la presencia de manchas de sangre en varios ambientes, un detalle que refuerza la teoría de que la casa fue escenario de un asesinato.

Cuatro personas quedaron detenidas, entre ellas una pareja de nacionalidad peruana capturada en un hotel alojamiento y señalada como propietaria del inmueble. Los dos sospechosos que estaban limpiando la vivienda habrían intentado borrar las huellas del horror.

El fiscal Gastón Dupláa baraja la hipótesis de que las chicas habrían sido asesinadas durante una fiesta organizada por una banda vinculada al narcotráfico de la Villa 1-11-14, en el Bajo Flores. La señal de los teléfonos celulares de las víctimas también registró actividad en esa zona, lo que fortalece la conexión.

Los vecinos no podían salir de su asombro. “Es una casa grande, no un aguantadero. Estamos todos consternados, jamás pensamos encontrarnos con algo así”, confesó un hombre de la cuadra, que presenció el movimiento policial.

En paralelo, familiares y amigos de las tres jóvenes se concentraron en la rotonda de La Tablada para exigir respuestas y mantener vivo el reclamo. Norma, madrina de Lara, lanzó un pedido desesperado: “Si está, que vuelva. Si la tienen, que la devuelvan. No vamos a parar hasta que aparezcan”.

La justicia evalúa trasladar el expediente a una fiscalía de Florencio Varela, bajo la sospecha de que allí se habría consumado el crimen. El caso mantiene en vilo a todo el país.