La Comisión Nacional de Regulación del Transporte reportó una disminución del 12% en el número de autobuses en comparación con el año pasado durante el mes de diciembre. Además, del 1 al 5 de enero, esta cifra experimentó una caída adicional del 14%.
Es preocupante ver cómo incluso la llegada de los Reyes Magos no logra impulsar el turismo en Mar del Plata. El verano, que normalmente se espera con grandes expectativas en el principal balneario del país, está decepcionando. Los primeros días del 2024 reflejan una situación turística muy fría, con imágenes que, en algunos casos, recuerdan más al invierno que a la temporada estival.
En la madrugada del sábado, la terminal de ómnibus de la ciudad estaba prácticamente desierta, sin un solo autobús en el amplio estacionamiento. Un trabajador de la Ferroautomotora, con ironía, expresó la necesidad de más pasajeros mientras capturaba la escena desoladora con su teléfono.
Los informes de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte respaldan esta realidad. Se registró una reducción del 12% en los servicios en diciembre en comparación con el año anterior, y del 1 al 5 de enero, el número de autobuses que llegaron y partieron de Mar del Plata disminuyó un 14%.
Un dato contundente es que el 98% de los autobuses turísticos que viajan a la Costa Atlántica ni siquiera logran llenar la mitad de sus asientos. "De 56 butacas se ven micros que vienen, como máximo, con 35 pasajeros", señalan.
Según algunas opiniones, el cambio de gobierno ha impactado negativamente en el turismo local. Autoridades nacionales admiten que la temporada ha sido difícil y que la afluencia de turistas ha disminuido notablemente.
Los comerciantes y empresarios comprenden que las condiciones climáticas son determinantes para atraer turistas espontáneos, pero incluso el factor clima parece no ayudar. Un alerta amarillo por tormentas emitido por el Servicio Meteorológico Nacional para el primer fin de semana del año ahuyentó a algunos posibles visitantes.
Aunque el clima mejoró durante el sábado, la advertencia fue suficiente para disuadir a los viajeros indecisos de último momento, especialmente después de la experiencia traumática que vivió Bahía Blanca en diciembre con una tormenta. La gente ahora presta más atención a estas advertencias.
En resumen, la temporada de verano no presenta un panorama alentador. La inestabilidad, tanto climática como económica, proyecta un futuro incierto para el turismo, una actividad clave para el crecimiento de Argentina. Además, surgen interrogantes sobre el impacto del programa de ajuste y shock promovido por el presidente Javier Milei en este sector.
Fuente: pagina12.com.ar
