Nora Cortiñas, una de las más reconocidas defensoras de los derechos humanos en Argentina y cofundadora de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, falleció este jueves a los 94 años. Su vida estuvo marcada por la búsqueda incansable de su hijo, Carlos Gustavo Cortiñas, secuestrado durante la dictadura militar en 1977, y su lucha por la verdad y la justicia.
Biografía y Contexto
Nacida el 22 de marzo de 1930 en el barrio de Monserrat, Buenos Aires, Nora Irma Morales (más conocida como Nora Cortiñas) creció en una familia de origen español. Desde joven, mostró una personalidad rebelde y fuerte, rasgos que marcarían su trayectoria posterior.
A los 19 años, Nora se casó con Carlos Cortiñas, con quien tuvo dos hijos: Carlos Gustavo, nacido en 1952, y Marcelo, en 1955. Gustavo, a quien ella llamaba por su segundo nombre, se involucró en la militancia política, un compromiso que lo llevó a trabajar junto al Padre Carlos Mugica en la Villa 31 y a integrarse a la Juventud Peronista.
Desaparición de Carlos Gustavo Cortiñas
El 15 de abril de 1977, Gustavo fue secuestrado por la dictadura militar. Nora, junto con su familia, inició una búsqueda desesperada por encontrarlo, recurriendo a organismos de derechos humanos y otras madres en situaciones similares. Fue en mayo de ese año cuando se unió por primera vez a las Madres de Plaza de Mayo, una organización que se convirtió en un símbolo de resistencia contra la represión.
Activismo y Lucha por los Derechos Humanos
Nora Cortiñas no se limitó a la búsqueda de su hijo; se convirtió en una activista incansable por los derechos humanos. Participó en numerosas marchas, denunció abusos y se mantuvo firme en su lucha por la memoria, verdad y justicia. Su compromiso la llevó a involucrarse en diversas causas, desde el apoyo a los movimientos feministas y de diversidad sexual hasta la defensa de la salud pública y los derechos laborales.
Durante la última década, Nora continuó siendo una figura presente en todas las luchas sociales, a pesar de su avanzada edad. Su presencia en la Plaza de Mayo se mantuvo constante, y su voz se alzó contra la injusticia en cada rincón del país.
La vida de Nora Cortiñas es un testimonio de resiliencia, amor y compromiso con la justicia. Su legado perdurará como un faro de esperanza y ejemplo para las futuras generaciones. Su lucha incansable nos recuerda la importancia de mantener viva la memoria y seguir buscando la verdad y la justicia para todos aquellos que han sufrido injusticias.
